Soy tuya, con mi mayor convicción; soy tuya con toda la fuerza de mi corazón, que es tuyo. Y como cada pensamiento mío, es tuyo, soy tuya.

¿Está mal que uno le abra siempre la puerta a quien fué nuestro gran amor, pase lo que pase, esté con quien esté? Si es la persona que nos vuelve vivas... ¿Porqué no dejarlo entrar todas las veces que quiera?